miércoles, 9 de junio de 2010

Para Lu que me pasó el papelito.

Hay muchos. Hay otros. Me pregunto siempre cómo ellos solucionan las cosas. Me pregunto por los desenlaces.
En el edificio de en frente viven dos hermanas que se la pasan hablando de una vecina de Río de Janeiro. Esa es su forma de vivir, una solución.
Vanina y Juan se separaron, él se recibió de abogado, ella puso un vivero. Se escriben una carta por año en la que se detallan sólo los acontecimientos de un día, que tiene que ser necesariamente un martes, pero de un mes a elección. Otra solución.
La amiga de Sole es directora de cine, se pasa horas filmando el río y a la noche hace tartas.
Me pregunto ¿Cómo los otros harían para vivir si estuvieran acá? Busco desenlaces. Facundo escribe una novela que va toda para atrás, absolutamente toda para atrás. Otra solución.
Giorgina toca el violín, ama a Pedro y choca con el auto.
Hay muchos, hay otros, principalmente otros a los que no llego sino de oídas. Estamos, los otros, cada uno en su ventana de las siete de la tarde, solucionando o no, los desenlaces.

Cuando uno tiene fiebre el cuerpo se expande. Se volatilizan los dedos y las pestañas. Toco con mi fiebre el extremo movedizo de los otros, me calmo un segundo. respiro. El cuerpo sano es tan recalcitrante de uno pero sin solución.

2 comentarios:

Paula Magna dijo...

Qué bueno caro.Primero esto, me gustó mucho. Pero claro le busco solución a la última oración que me mata: "El cuerpo sano es tan recalcitrante de uno pero sin solución". Como sujeta irresuelta en solución permanente la verdá que cuando leo quiero solucionar de algún modo (es decir, no entiendo, aunque, no sé bien cómo, entendí todo lo anterior).
besos carúbela

pilar dijo...

y donde está la que se asoma?? varios dias sin tus lindas palabras.