domingo, 26 de septiembre de 2010


Los balcones no son todos iguales, aunque algunos se parecen.El de ayer era casi igual al tuyo, pero sin las reposeras de madera, sin las macetas de barro, sin los caballos y los sapos. Daba la misma luz y permanecíamos la misma cantidad de horas sobre los sillones, frente al televisor apagado, yendo y viniendo a la cocina.
Hay balcones que son directamente terrazas enteras, que se queman durante la siesta y más allá del puente nuevo. Sube el calor deformando la superficie blanca de la pared, suben hormigas? casi nadie tiende la ropa. A tu balcón llegan las palomas a pesar del espantapájaros. Acá a veces los grillos y las luces de la autopista.
Hoy: brotes del gingo aunque parecía que no había vuelta atrás.

1 comentario:

Santiago Maisonnave dijo...

La demora en la percepción, si no me equivoco, es un fenómeno lumínico. Siempre hay un lapso entre la emanación de luz de un cuerpo y su percepción por otra retina... A veces ese lapso es más amplio.
Qué suerte la del gingo (esa planta con nombre de tenista). Y es cierto: no todos los balcones son iguales.
Un abrazo, Carito.