hay una caja de cartón.
es relativamente grande, de color madera, se nota que ha sido reforzada con cintas de embalaje. es una caja de encomiendas.
adentro hay ropa.
camisetas y bolsas con medias de toalla. algunas remeras de la temporada pasada y dos o tres toallones que por quedar en la vidriera se han desteñido.
afuera de la caja pasan cosas.
primero, dos personas hablan, una llora, la otra se sienta sobre la caja presionando suavemente su costado derecho, después una mano entra a la caja, saca lo primero que encuentra, que es una camiseta escote redondo, y la tira contra la pared.
en otro momento la caja está sola rodeada de humedad y el fluorescente descarga sobre ella una luz monótona.
seguramente antes alguien ha llenado la caja, la ha vaciado y la ha vuelto a llenar con cosas que no estaban originalmente allí, que habían estado previamente en otras encomiendas, o en los mostradores, o en las estanterías, pero que, como ahora todo ha terminado, deben guardarse allí.
hay, hubo, alrededor de la caja, un perro que dormía a un costado o que solía mearla. la olía y la meaba, durantes años. probablemente las camisetas y sobretodo los toallones hayan absorbido el líquido caliente y oloroso. quizás las medias de toalla se hayan salvado porque estaban envueltas en una bolsa de nylon. de todos modos, el pis es penetrante y corroe.
así es que la caja ha quedado debilitada, por lo menos de uno de sus costados.
hay alrededor también la idea de un incendio: dos mujeres fuman y se preguntan si alguna vez saldrán de ese puto lugar. se ríen y se quejan y sienten ganas de mandarlo todo a la mierda, de destruirlo todo. piensan por algunos minutos en quemar el negocio. sería fácil con la caja y los materiales inflamables. pero una se termina el pucho y ya ha entrado gente.
dos cucarachas planean un nido. la caja no les sirve. el olor a pis, que ha quedado desde hace años, las ahuyenta.
dos personas se van desnudando, antes de alcanzar la habitación donde se encuentra el único colchón, se caen en la caja. es apenas un instante pero el cuerpo de la mujer siente el raspón de las tiras de plástico que servían para sujetar la caja. sale un hilito de sangre. enseguida la caja deja de sentir la presión del cuerpo y recupera su forma original.
un mapache diminuto que no puede vivir sino en el agua, y que quizás sea un pez o un niño, queda encerrado en la caja, y muere ahogado entre las camisetas.
la caja se queda aunque ha empezado a descascararse el techo.
Laxo social.
Hace 4 años
1 comentario:
Genial! ahora ¿de dónde salió el mapache?
Un día soñé con una cajita blanca de cartón en un rincón, nada más. Ahora se me va revelando la poderosa entidad-caja.
Jajaja, te imagino tardes y tardes aburrida en el negocio de tu madre imaginando quién sabe qué locuras mayores.(bello aburrimiento, gracias)
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