sábado, 13 de febrero de 2010

III. "La ciudad se iluminó"

No era fácil saber de la piedra. Ni Elena ni Fanon podrían haberlo sospechado.
Él continuaría quebrando el queso con la yema de sus dedos y estaría, quizás, recibiendo el aire fresco a través de los ventiluces de vidrio verde. Elena podía saber de su pómulo y de su mano teñidos momentáneamente, de sus dedos entre el pan y el queso, de su aliento reconcentrado y dulce, pero nadie podía anticipar la piedra.
Sosteniendo la manguera Elena seguía dibujando sobre la vereda pero ya no se distinguía ningún dibujo. Eso le daba impunidad para ser grosera o infantil. (Su abuelo le decía en broma, cada vez que ella le pedía algo de plata para comprarse alguna cosa, que anotara la cuenta en agua).
Fue obsena y ágil. Los trazos de agua salían naturalmente de sus dedos y ella movía el brazo derecho para conseguir las curvas deseadas.
Fue también ligera y un poco triste pero en conjunto la vereda mojada, inundada, la ponía contenta. Ya nadie podía pasar por allí sin mojarse los pies, la gente evitaba su casa y la miraba como si estuviera loca, regando en dia de tormenta.

humedad sobre las hojas y al interior de los troncos quemados.El bosque envuelve a Elena y la deja. Ve que sobre las hojas que se arrastran proliferan cajas de distintos tamaños forradas con papeles infantiles.Papeles como los que se usaban para forrar los cuadernos de la escuela, sólo que éstos no tenían rótulos. Nada, ninguna inscripción ni remitente ni destinatario, ningún signo de nada. Ahí, en el bosque, las cajas. Afuera, la lluvia particular de Elena corrompiendo la yema de sus manos.

1 comentario:

Paula Magna dijo...

¿qué edad tendrá Elena?
creí, al principio, que era una mujer mayor
pero no...
tampoco es una niña...
y al principio estaba en silla de ruedas, y ahora es posilble que siga siendo inválida, pero no sé por qué parece que está parada.
Claro, Elena es como Helena que teje y desteje, sólo que los dibujos se hacen y se deshacen solos.Como Amaranta también, y como el coronel Aureliano Buendía y sus pescaditos de oro (todavía no debés haer llegado, pero ya lo sabrás).
Me gusta mucho esto que estás escribiendo y me intriga, me intriga la serie que se va formando, y las imágenes que no quieren cuajar del todo.
Saludos muchacha azul