miércoles, 24 de febrero de 2010



La infancia es un corredor largo y oscuro cruzado en vuelo. La mitigación dulce de los brazos que depositan el cuerpo en la cama y lo dejan descansar. O tres ventiluces por los que muere una tortuga en su primera noche.

y ahora la ciudad en la que se juega a las escondidas. esquivo esquivo y ojalá que no. Corro y doblo, me encuentro con una cara de hombre-retrato, con una plaza, con perros y guitarristas, con la señora que no sabe cruzar la calle.
cruzamos la calle y caminamos tanto, como si nos doliera en el cuerpo una parte de Remedios, una parte seca de calle en calle. doblo, espero el semáforo, rodeo y doblo, ojalaquenoquenoqueno, que podamos cruzar la calle y volver a casa, a una casa en la que haya dos o tres ventiluces, verdes o blancos, “cintilantes”, por los que veamos a los pájaros caminar sobre el suelo rojo.

2 comentarios:

lau dijo...

la infancia es un corredor largo y oscuro, sí..

me gustan mucho tus fotos, che..

abrazo desde cba..

Anónimo dijo...

Será lo que será la infancia, pero todos queremos regresar a ella.

Saludos