Hoy no ha venido nadie a preguntar;
ni me han pedido en esta tarde nada.
No he visto ni una flor de cementerio
en tan alegre procesión de luces.
Perdóname, Señor: qué poco he muerto!
En esta tarde todos, todos pasan
sin preguntarme ni pedirme nada.
Y no sé qué se olvidan y se queda
mal en mis manos, como cosa ajena.
He salido a la puerta,
y me da ganas de gritar a todos:
Si echan de menos algo, aquí se queda!
Porque en todas las tardes de esta vida,
yo no sé con qué puertas dan a un rostro,
y algo ajeno se toma el alma mía.
Hoy no ha venido nadie;
y hoy he muerto qué poco en esta tarde!
Irene tenía en el hueco de sus manos la medida de la indiferencia, la gran medida de su dolor. sentada en la vereda, Irene llena de sol, fundante y desagregada.
Laxo social.
Hace 4 años
1 comentario:
Siempre hay un cubanito con dulce de leche que llena el alma desgarrada al mejor estilo Vallejo. Te quiero Caroline/Coraline. Estamos a un paso del Oscar!!!!
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