-Explique sus perros rosas y sus cielos rojos.
G.-Mire, es que a los perros les gusta pasar desapercibidos, y sin darse cuenta... con el movimiento acompasado de sus patitas, van tomando vuelo.
-Explique entonces los perros en los techos, en las chimeneas.
G.-Eso es sencillo, se trata de un perro que se ha cansado.
-Explique el cansancio de un perro.
G.-Usted sabe mejor que nadie que los perros son seres curiosos y enamoradizos, y que son capaces de caminar cuadras y cuadras persiguiendo una perra, un bicho, una pelota. Es natural que se cansen.
-y una vez arriba? Explique lo que le sucede al perro.
G.-Eso no puede saberse, alguno habrá que termine pareciéndose a un caballo pequeño, probablemente a otro se le abra el hocico y comience a fundirse con el cielo, así, sin que el perro se de cuenta de nada. Otro bajará o quedará escondido detrás de un árbol.
(Entrevista de E. a G. sobre la chimenea de la señora Camille Cotter- 1867)
3 comentarios:
Una entrevista despatarrada. Pero en verdad te digo que, una vez conocí un perro que se creía gato y se subía a los techos y desde ahí, miraba la luna un largo rato.
¿Es un cuento que se llama "Entrevista..."? ¿O es una entrevista de verdad?
Me quedo pensando en la noción de escritores y periodistas. Habría, al menos, una distinción en ellas: el escritor puede narrar un montón de historias; el periodista, sólo contarlas. Si el periodista incurre en la ficción, deja de ser periodista y pasa a ser escritor, así se llame Walsh o Capote.
(Cosas que se me ocurren).
Saludos gratos!
sí, está bueno eso, y también pensar que la realidad misma incluye la ficción o situaciones a tal punto "bizarras" que superarían cualquier historia: un inglés viene a la Argentina a cazar patos en un campo en Santa Fé. Ya había hecho lo mismo el año anterior y se había entendido bien con un perro de caza. El perro vive en Entre Ríos: lo manda a buscar en taxi.
Publicar un comentario