jueves, 10 de enero de 2008


tarde reflexiva en la estación de trenes de pehuajo: trenes casi inexistentes y pájaros sumamente desconfiados (y con razon). un personaje de "Los hermanos Karamazov" reflexiona sobre su baja condición, sobre su vida humillada, sobre la pobreza que lo rodea, pero, dice, lo redime de alguna manera el amor de su hijo, porque si algo hizo bien la vida es posibilitar que hasta el ser más ruin pueda ser amado por alguien.
dias atrás un amigo hace la misma reflexión sobre su propio hijo, en medio de un festejo menor y con gente que desconoce.
pero yo tomo real conciencia de aquello dicho porque lo leo días después en una obra literaria, como si las palabras escritas vinieran a reforzar la impresión de las escuchadas, como si la sensibilidad se reavivara y actuara retrospectivamente.

1 comentario:

enzo dijo...

No habria estado mal leer 2toievski en la estacion...
da miedo si uno esta solo ahi.. pero da lastima estar muy acompañado por gente ajena...
paradoja de las estaciones en general...
en republica checa debe pasar lo mismo en las estaciones.