jueves, 25 de marzo de 2010

Ana Paula da Silva 29.05.2004

de la cajita de fósforos suben y bajan los dedos como picos de pájaro. Arriba la voz. Percución y voz sobre el escenario de Ciudad Vieja, amigosy conocidos.
La felicidad de Salvador mientras se desenvuelve la música.
El pasado ¿hindú? de Ana.
La tibieza de su "gravidez" mientras esperan a Clara. Del agua negra surge el sonido de su nombre.
El señor que toca el Contrabajo sostiene ahora una botellita de agua mineral, la toca y la sopla y regresa después para trazar el arco de música que nos lleva de vuelta al hálito tibio del caballo.
Una mujer le acaricia la cabeza a un hombre. La mano se demora entre el pelo y lo recorre con familiaridad.
Aplauden. Aplaudimos.
Está la felicidad que sale de la música.

1 comentario:

Unknown dijo...

lindo descubrir musica nueva, asombrarse con la magia que siempre la rodea.
lindo reencontrarse rodeados de magia, asombros, nostalgias, musica linda