martes, 29 de septiembre de 2009

Hoy.sol de mañana



Al llegar a la pescadería me encontré con un hornero. Estaba comiendo un pedacito de algo y se quedó revoloteando por ahí, hizo un alto en la puerta y salió volando. El señor de la pescadería nos explicó, a un hombre y a mí, que el pájaro era un amigo de la casa, tenía su nido en el edificio de enfrente y convivía con otro señor pájaro, pero que éste, a diferencia del amigo, comía por calle 6.
Después hablamos de un zorzal, que también se llegaba todas las mañanas hasta la ventana de la pescadería y solía traer a su cohorte.
así vale la pena levantarse temprano y hacer las compras

2 comentarios:

Santiago Maisonnave dijo...

Las pescaderías son lugares de mejores charlas que las peluquerías, por ejemplo. Lejos. Lejos. No hablemos de los taxis: a estos les pasan el trapo (aunque tengo en mi haber un par de conversaciones antológicas con taxistas, todo hay que decirlo).
Linda escena cotidiana.
Abrazo.

pilar dijo...

los pájaros alegran la vida, aguanten los pájaros locooooooo
beso amiga!