De las paredes de
"La mesa está servida" (una casa antigua devenida en restaurante y espacio cultural, algo así como La Bicicletería para los platenses) salen piernas de colores o recubiertas de flores. Algunas caminan y otras simplemente se ahogan en el cemento. También hay fotos y cuadros de artistas locales. Durante tres días hubo además bandas de música (de rock, de folklore, música mejicana, percusión...) y presentaciones de libros. Las noches de Villa Mercedes volvieron a llenar(seme)de amigos y de músicas (un bandoneonista cordobés que después de tocar tangos se puso a rapear, Manu haciendo capoeira bajo la lluvia, el citroen de Santi y la persecución del gato y del ratón, las charlas entre las jarras de vino y los encuentros casuales en La Librería). Encontré, como cada vez que voy, que hay mucha gente con ganas de hacer cosas, de compartir experiencias culturales, de viajar y de recibir a artistas de otros lugares, y, por estos momentos especialmente, de luchar por la educación (hubo una gran marcha en Merlo para continuar con el paro docente hasta que el gobierno de la provincia escuche los reclamos de los maestros).
Ojalá existiera una máquina voladora para estar aquí y allá, en Río IV y en el futuro Brasil, en el frío de Villa y en La Plata.
Fotos del concierto de
Opus Nigrum .
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