domingo, 6 de septiembre de 2009

Josefina se baña como las palomas, mal y por casualidad. se envuelve con un pañuelito y estornuda porque le da el sol sobre la cara. se queda estática mirando por la ventana mientras las gotas se van secando una por una. recuerda los lapachos rosados, se imagina que Córdoba es una ciudad enorme llena de colinas donde crecen miles y miles de lapachos, y por las noches, pájaros grises duermen entre las flores rosas y se desparraman durante el día. después, medio mojada, le saca punta a los lápices y con las coronitas se hace un disfraz de puercoespín. habla tan despacio consigo misma que es como si las palabras se evaporaran antes de llegar a completarse, entonces, dice algo como “partentushjesnpu” y se cubre las espinas con el pañuelito.

4 comentarios:

.María. dijo...

es increible caro, pero cuando leo estos mini-cuentillos es como si te escuchara a voz leyendolo...no se como explicarte pero es como que los leo con tu ritmo acelerado y como dulzón.

que se yo, capaz es la hora...
no igual creo que no siempre mep asa igual.

muy lindo el de josefina...
y sobre las tazas II: quiero el final!!

.María. dijo...

fe de erratas:

"es como si te escuchara a voz leyendolo"

quiere decir, es como si te escuchara a VOS leyendolo con tu VOZ

Santiago Maisonnave dijo...

Estoy viendo a Josefina en un hospital, con una bata blanca como su pelo: una niña con arrugas. Estoy viendo a Josefina y a aquel enfermero, mirándola taciturno como el cuidador del zoológico observa comer a las cabras ésas que llegaron de no sé dónde, hace unos meses.
Estoy viendo; gracias por eso. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Me gusta. :)